
Estudio sobre la prescripción de prolaxis de enfermedad tromboembólica en la embarazada
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Salud Mil 2021; 40(1):25-34. http://dx.doi.org/10.35954/SM2021.40.1.3
INTRODUCCIÓN
Dentro de la enfermedad tromboembólica venosa
(ETEV), están comprendidos la trombosis venosa
profunda (TVP) y el tromboembolismo pulmonar
(TEP). Ambos deben considerarse parte de un
mismo proceso siopatológico, ya que la gran
mayoría de los TEP tienen su origen en el sistema
venoso de las extremidades inferiores, en el sis-
tema venoso profundo íleo femoral; otros oríge-
nes son en la vena cava inferior, en las cavidades
cardíacas derechas. La mayoría de las trombosis
afectan a la pierna izquierda, debido a la mayor
compresión que ejerce la arteria iliaca derecha
en su origen, sobre la vena ilíaca izquierda (1).
La ETEV es una de las principales causas de
morbimortalidad materna en los países llamados
desarrollados. La incidencia oscila entre los 0.5-3
cada 1000 embarazos (2). El TEP es la causa más
frecuente de muerte materna directa en Reino
Unido, y es la quinta causa más común de todas
las muertes maternas (3).
Se debe mantener un alto grado de sospecha y un
umbral bajo para iniciar la búsqueda de ETEV en
las embarazadas en general y especialmente en
las mujeres con alto riesgo (1).
La gestación comporta una serie de cambios, que
predisponen a la embarazada al desarrollo de una
ETEV. Estos cambios afectan a los tres elemen-
tos de la triada de Virchow. Por una parte el riesgo
está asociado con el estado de hipercoagulabili-
dad que ocurre durante el embarazo, secundario
al incremento de varios factores de la coagula-
ción (II, V, VII, VIII, IX, X, XII y brinógeno) y a una
disminución de la acción de los inhibidores (dis-
minución de la proteína S e incremento de la re-
sistencia a la proteína C activada), concomitan-
temente, existe una disminución de la brinólisis
secundaria a un aumento del inhibidor de la acti-
vación del plasminógeno 1 y 2 y un incremento de
la agregación plaquetaria (4).
Sin embargo, de las mujeres que padecen un ac-
cidente trombótico durante el embarazo, un gran
porcentaje, presentan alguna causa congénita o
adquirida de trombolia (5). En las pacientes que
tienen alteraciones que afectan la coagulación,
como son las deciencias congénitas, tales como:
la deciencia de antitrombina y de las proteínas
C y S, así como la mutación del factor V (Factor
V de Leiden) y mutación del factor II (G20210A),
o por presencia de trombolia adquirida como el
sindrome antifosfolipídico, el estado de hipercoa-
gulabilidad es aún mayor (6).
Por otra parte, existe un incremento del éstasis
venoso en extremidades inferiores, con un des-
censo del 50% del ujo venoso durante el tercer
trimestre, como consecuencia de la acción mecá-
nica que tiene el útero grávido sobre el retorno
venoso y de la acción de la progesterona sobre la
musculatura vascular, que comporta un incremen-
to de la distensibilidad y una disminución del tono
venoso. Por último, también existe un cierto grado
de activación endotelial durante el embarazo y le-
sión vascular durante el parto (7).
Junto a estos cambios siológicos pueden existir
una serie de factores de riesgo, ya sean preexis-
tentes o de nueva aparición durante el embarazo,
como son cardiopatías, arritmias; situaciones in-
tercurrentes: infecciones, cirugías (apendicecto-
mías, cirugía traumatológica por accidentes, etc.)
que incrementan de forma signicativa el riesgo
de ETE (1) (tabla 1).
El parto (principalmente instrumental), y la cesá-
rea (situación de mayor riesgo) producen injuria
endotelial; si la embarazada presenta otros fac-
tores de riesgo como el tabaquismo, aumenta el
riesgo de ETEV (3).
Las mujeres con antecedente de tromboembolis-
mo venoso, tienen un riesgo de recurrencia del
7-12% durante el embarazo (8).
Estudios prospectivos no aleatorizados han reve-
lado que, en gestantes con factores de riesgo que
no recibieron anticoagulación, el índice de ETEV
varía del 2,4 al 12,2%, frente al 0-2,4% en las pa-
cientes que sí la recibieron (1).
La TVP puede ocurrir en los tres trimestres del
embarazo y en el postparto. El periodo de mayor
riesgo de trombo embolismo venoso (TEV) es du-
rante el tercer trimestre y sobre todo en el perio-
do puerperal. A su vez, el TEP es más frecuente
en el postparto, y su riesgo retorna a los valores
de las mujeres no embarazadas, después de la
sexta semana posparto (9). El puerperio es un