
SALUD MILITAR – Vol.28 Nº 1 – Marzo 2006
En los casos de Laura y Mariela podemos ver que en
las entrevistas pudieron encontrar un espacio donde
compartir sus miedos sus preguntas referidas al
origen de su enfermedad “¿la depresión provoca
cáncer?”. “Pensé que era estrés “ y preocupaciones
frente al diagnóstico de cáncer que ellas padecen.
Paralelamente debemos enfatizar la importancia del
soporte familiar en estas pacientes, un ejemplo de
esto es en el caso de Mariela donde las entrevistas
con su esposo le permitieron a éste trabajar su
angustia, miedo, inquietudes, logrando de esta
manera ser un buen soporte.
Por otro lado no debemos olvidar la importancia del
Equipo de Salud (del cual formamos parte) en este
proceso. Ya que en él se deposita tanto la sanación
como la muerte. Por el papel fundamental que tiene el
equipo se hace necesario que este maneje todos los
movimientos y altibajos que puede tener este
proceso.
Todos los integrantes del equipo tienen un rol
fundamental. Por ejemplo en el caso de una
internación vemos la importancia del vínculo con el
personal de enfermería, ya que este no sólo es el
intermediario con el médico, sino que es quien lleva a
cabo el tratamiento en forma directa con el paciente.
Este contacto permanente le da un lugar privilegiado
a la hora de detectar la necesidad de una posible
intervención, como en el caso de Mariela.
Desde el punto de vista del paciente, debemos tener
en cuenta qué significado le está dando al suceso en
este momento concreto de su vida, ya que esto está
relacionado con su historia, sus fantasías, su
estructura de personalidad y sus mecanismos de
defensa.
Como plantea Alizade en: “Clínica con la muerte”:
“Una cosa es saber que uno va a morir y otra cosa es
vivenciar que ese morir está muy cerca, más cuando
hay que soportar el desfallecimiento del cuerpo y sus
graduales deterioros camino a la extinción”.
La pérdida de una parte del cuerpo o fantasías acerca
de una mutilación resignifica necesariamente el
Complejo de Castración y anteriores pérdidas (el
vientre materno, el destete, etc).
El enfrentar estas genera un vacío donde el Yo
deposita fantasías. Fantasías relacionadas con todo
lo anteriormente expresado.
En el caso de Mariela en su corte de pelo “pensé que
era menor el impacto que con el pelo largo”, a través
del corte de pelo intenta defenderse de las marcas de
la muerte, muerte proyectada en el tratamiento de
quimioterapia. Dejando ver lo ambivalente de este
momento, ya que por un lado se lo vivencia como la
salvación pero simultáneamente imprime un deterioro
visible (caída de pelo, adelgazamiento, malestar, etc.)
confirmando la cercanía de la muerte.
En el caso de Laura, su historial de pérdidas genera
un sentimiento de mayor angustia apareciendo luego
del diagnóstico su dolor “se ve que el bicho esta ahí
y me duele”. Podemos hacer una doble lectura de su
dolor, por un lado el dolor físico y por otro el dolor que
le causa el impacto de esta enfermedad, trasmitiendo
lo desgarrador y devastador de esta situación vital
“que me arranquen todo”, un todo que va mas allá del
órgano afectado un todo que es la vida, ya que
inmediatamente hace referencia a su certeza de
muerte: “Yo me imagino el después porque mi tía se
esta muriendo de esto y una íntima amiga murió a los
42 años de esto” (recordemos que esta paciente
tiene 42 años).
Al trabajar estas temáticas no podemos olvidar el
papel fundamental que juega el dolor físico, con
respecto a esto Freud escribe: “En el dolor físico nace
una elevada carga narcisística del lugar doloroso del
cuerpo, carga que aumenta cada vez más y “vacía”,
por decirlo así, al Yo”.
En el caso de Mariela los dolores que sufre y que se
hicieron manifiesto durante la entrevista le marcan
constantemente la pérdida de una parte de su cuerpo.
“El dolor <habla> sin palabras” nos cuenta tanto los
miedos, fantasías que está viviendo el paciente como
también la evolución orgánica de su enfermedad.
Este dolor tiene que ser tratado por todo el Equipo de
Salud, ya que responde a múltiples factores que se
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