
AVANCES EN PSICOLOGIA CARDIACA
Eq.May.(Ps) Mabel Lusiardo
Numerosos estudios han demostrado una asociación
positiva entre la ira y los ataques cardíacos o muerte
súbita (Janice E.Williams,Ph.D – Universidad de
North Carolina en Chapel Hill).
Luego de un período de seguimiento de 4 años y
medio, Williams y sus colegas verificaron si los
participantes habían sufrido un ataque cardíaco u
otros problemas cardiovasculares. Los resultados
fueron sorprendentes. Entre las personas con presión
arterial normal, aquellos con elevados scores en la
Escala de ira tuvieron una probabilidad 3 veces
mayor de sufrir ataques cardíacos o muerte cardiaca
súbita, comparados con aquellos con puntajes bajos.
“Este y otros estudios han demostrado la asociación
positiva ente la ira y los ataques cardíacos o muerte
cardiaca súbita. La implicación es que los individuos
proclives a la ira pueden beneficiarse de un
entrenamiento de manejo de la misma”, dice Williams.
Otros Psicólogos también se han vuelto permanentes
en el campo cardíaco, compartiendo su experiencia
de los factores psicosociales. Karen A. Matthews,
Ph.D, Profesor en la Universidad de Pittsburg y sus
colegas, examinaron el rol que la hostilidad, - definida
como un rasgo de personalidad caracterizada por el
cinismo, desconfianza, rabia y agresión -, juega en la
predisposición de la gente joven para la enfermedad
cardiovascular.
“Nuestro estudio nos permite predecir
tempranamente a los individuos que tienen mayor
riesgo a lo largo de su vida. Desde un punto de vista
preventivo, esto es muy útil, ya que identificar
tempranamente a las personas, permite diseñar
intervenciones preventivas para retrasar el desarrollo
futuro de enfermedades coronarias”, plantea
Matthews.
Los Psicólogos también están estudiando las formas
en que los factores psicosociales pueden exacerbar
los problemas en las personas que ya padecen
enfermedad cardiaca. Tanto el estrés mental crónico
y agudo, puede afectar negativamente a los pacientes
con enfermedad cardiaca. Por eso el manejo del
estrés, es un componente adicional apropiado en los
Programas de Rehabilitación para estos pacientes.
Los investigadores encontraron que los factores
psicosociales también influyen en la recuperación de
ataques cardíacos y en otros problemas
cardiovasculares. Los pacientes deprimidos tienen
una probabilidad 3 veces mayor de morir durante el
año siguiente de su ataque cardíaco, que aquellos no
deprimidos, independiente de la severidad de su
ataque cardíaco inicial.
Este estudio de Nancy Frasure-Smith, Ph.D,
Profesora de McGill University School of Medicine at
the Montreal Heart Institute, publicado en
Psychosomatic Medicine en 1999 (Vol. 61, No.26),
también identificó sorprendentes diferencias en el
género. El 50 % de las mujeres presentaron una
depresión postinfarto comparadas con el 25% de los
hombres (probabilidad dos veces mayor), a pesar de
que la frecuencia de muerte es la misma en ambos
sexos.
El apoyo social puede influir en qué pacientes
deprimidos morirán. Frasure-Smith encontró en un
estudio publicado en Circulation (Vol.101, No.16) el
año pasado, que el impacto de la depresión en la
sobrevivencia era mediatizado por el apoyo social
percibido por el paciente. Pacientes deprimidos que
percibían no recibir un apoyo social adecuado, tenían
los índices más elevados de mortandad. En
contraste, pacientes deprimidos que informaban
recibir apoyo social satisfactorio, tenían la misma
frecuencia de muerte que los no deprimidos.
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