La peste
DOI:
https://doi.org/10.35954/SM2005.27.1.10Palabras clave:
Epidemias; Historia de la Medicina; Peste Negra; Tuberculosis Pulmonar.Resumen
Dice Henry E. Sigerist (1) “puesto que la enfermedad es una experiencia para el paciente, el artista que es el más sensible de los hombres y recrea sus experiencias en sus obras, tiene por necesidad que reaccionar vigorosamente ante la enfermedad”. Trae a colación la fecundidad musical de Mozart en relación a su tuberculosis pulmonar y su convicción de corta vida, que se extinguiría tras escribir el Requiem; la temática pictórica de Watteau, también tuberculoso, que tuvo preferencia por las escenas de la vida social, los juegos y la milicia, vida que precisamente sabía que no podía gozar (murió a los 37 años); y también la de Van Gogh afectado por la psicosis. “Se ha utilizado la enfermedad -dice Sigerist en otro lugar- en muchas grandes obras literarias, ya sea en el desarrollo del argumento o para caracterizar una situación dada. Puesto que el escritor no es médico y escribe para profanos, no describe enfermedades extrañas que solamente conocen los especialistas, sino aquellas conocidas por todos” (10). Elige entonces por dos factores: la época en que vive y el fin que persigue. Esta ajustada observación del gran historiador de la medicina puede aplicarse a la perfección a la obra del escritor y premio Nóbel francés (nacido en Argelia) Albert Camus, tuberculoso también, y particularmente a su novela La peste, publicada en primera edición en 1947 , donde tanto la época como el fin perseguido se conjugan.
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Citas
(1) Henry E.Sigerist (1943). La medicina y el bienestar humano. Ed. en español, Bs.As., Ediciones Imán: 37.
(2) Idem: 43.
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(15) Infectio, cit.
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(20) Idem: 304.
(21) Idem: 577.
(22) Castiglioni, cit. : 331.
(23) Idem: 690, donde reproduce el cuadro citado.
(24) Fielding H. Garrison (1917). An introduction to the history of medicine. Philadelphia, Saunders : 775.
(25) San Roque, nacido en Montpellier, ocupaba un lugar destacado entre los 14 auxiliadores -santos y mártires populares- como abogado contra la peste. Muchas obras de arte (pinturas en tela, retablos) existían en Europa en las cuales se le muestra con el muslo derecho al descubierto donde hay un bubón pestoso fistulizado. Otros santos invocados contra la peste eran San Sebastián y San Carlos Borromeo, sin olvidar a Santa María della Salute, objeto de una enorme iglesia en la isla veneciana de Dorsoduro, erigida luego de la peste en 1630. De la peste en Venecia de 1576 había quedado Il Redentore en la isla de la Giudecca. epidemia en la que murió Tiziano (1487-1576).
(26) Uno de los primeros médicos conocidos por autopsiar pestosos fue el inglés George Thompson, quien escribió Leiomiotomía or the pest anatomized aunque no llegó a conclusiones sobre el origen de la enfermedad (Infectio, cit.: 12).

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